Los drones, los aviones militares no tripulados, de Estados Unidos siguen asesinando a personas civiles, inocentes que sufren las bombas que lanza el país que gobierna un curioso Premio Nobel de la Paz, Barack Obama.

El pasado 12 de diciembre el Gobierno de Estados Unidos asesinó a 17 personas, en su mayoría civiles, en un ataque de drones en la localidad de Radda, en Yemen. La impunidad de estos asesinatos se torna como un déficit en el derecho y el sistema de Justicia internacional que permite los asesinatos de un Gobierno que se cree por encima del bien y del mal, y que es causante de estos ataques terroristas.

Más detalles con la columna de Amy Goodman, conductora del programa Democracy Now!, que emiten centenares de emisoras comunitarias en todo el mundo.