Parecería una broma, pero no lo es. Con un país con su mayor tasa de desempleo, con más de 6 millones de personas sin trabajo, con millones de personas desesperadas porque todos los miembros familiares están sin empleo y ya sin esperanza. Con miles de personas viendo como los bancos, rescatados con el dinero público, les quitan sus viviendas. Con el nivel más alto de pobreza, con miles de familias teniendo que recurrir a las acciones caritativas para poder alimentarse. Pero además, con un país que vive inmerso en el virus generalizado de la corrupción, que afecta sobre todo al partido en el Gobierno, pero también a otros partidos políticos, y a la propia Casa Real. Con un país donde los pensionistas ganarán un 6% menos cada década. Donde el empleo que queda cada vez es más precario y con sueldos más bajos. Con un país donde ya hay más de un millón de empleos en la economía sumergida. Y con un país en el que cuando todo esto ocurre y la ciudadanía sale pacíficamente a decir ¡Basta Ya!, la clase gobernante saca la violencia policial para reprimir y silenciar la protesta. Pues con ese país, va el Gobierno, a través del Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y dice sonriendo y sin rubor que "España es el gran éxito económico del mundo" y que el país vive un momento inédito que convierte a España en un país "capaz de dar lecciones a Europa y al mundo".

Parecería una broma, pero no lo es. Y luego se extrañan de que no hayan concedido los Juegos Olímpicos a Madrid en la ceremonia de Buenos Aires, en donde la intervención de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, causó la risa de los periodistas internacionales acreditados en el lujoso Hotel donde se despacharon los oscuros asuntos del Comité Olímpico Internacional.