Ayer la ciudadanía volvió a concentrarse frente al Congreso de los Diputados español, mientras que en su interior se debatían los Presupuestos Generales para el año 2013. Unas 5000 personas, según los convocantes, estuvieron presentes en la protesta, frente a un dispositivo policial de 600 agentes.
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El movimiento 25-S que ya realizara acciones similiares el pasado 25 y 29 de septiembre pretendía denunciar que éstos son los presupuestos del recorte. Pese al carácter pacífico de la concentración, la policía impidió una vez más rodear la cámara baja. Sin embargo, en esta ocasión y pese a las amenzazas del gobernante Partido Popular y en especial de su Delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, no hubo violencia física policial ni detenciones. Aún así amenazan con denunciar a los convocantes por no haber comunicado ni esperado autorización de la delegación de Gobierno para realizar la protesta. Éstos, por su parte, anunciaron que la convocatoria ya estaba de sobra comunicada a través de los medios.

El argumento del gobierno es que las instituciones del estado son inviolables, dando a entender que se atacaría el Congreso de no ser por el fuerte dispositivo policial. Sin embargo, la intención manifiesta de los convocantes siempre ha sido solamente rodear la cámara, para hacer así visible su protesta ante los representantes de los partidos políticos.

En la calle se realizaron dos asambleas, una sobre los Presupuestos, la deuda y los recortes, y otra sobre el "proceso constituyente" que se está demando desde los movimientos sociales.

El próximo 27 de octubre está prevista una concentración similar, coincidiendo, nuevamente, con el debate parlamentario. Y el sábado 29 una manifestación también Madrid.