En el Estado español durante años ha permanecido oculto el escándalo de los bebés robados. Se estima que unos 300 mil bebés podrían haber sido robados en cárceles, hospicios, clínicas y hospitales durante el franquismo y la democracia, entre 1939 y 1992.

El comienzo de los robos está ligado a cuestiones ideológicas, morales-religiosas y también por razones económicas. Las denuncias aumentan cada día a lo largo y ancho del país y las asociaciones de "niños robados" han reclamado al ministro del Interior que desbloquee los casos abiertos en los juzgados provinciales y que se reconozca su condición de víctimas.

La tragedia de los bebés robados ha separado a miles de padres, madres, hijos y hermanos. Ahora que se van conociendo los detalles el Gobierno no parece querer mover muchos hilos y ayudar a las familias en la aplicación de su política del “son cosas del pasado que mejor no mover”.

La presidenta de la asociación SOS Bebés Robados de España, Maricruz Rodrigo, a quien robaron un hijo, afirma que las madres y las familias no se cansarán nunca de buscar a los bebés para hacer justicia.

Se ha lanzado una cifra, la de al menos 300 mil bebés robados, pero en la realidad podrían haber sido muchos más, pero es muy difícil obtener datos. La diputada socialista de la Asamblea de Madrid, Carla Antonelli, afirma que los robos no eran sólo responsabilidad de un pequeño grupo de personas, básicamente médicos, religiosas y religiosos católicos, sino que además las Administraciones, dice Antonelli, estaban implicadas en los robos.

Las asociaciones han llegado hasta la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo y han pedido, incluso, ayuda a otros países, porque hasta el momento la actitud del Gobierno español es insuficiente.

El caso de los bebés robados ha llegado a las Naciones Unidas, pero en cuanto a la justicia española: una cifra es suficiente para entender el problema: 8 de cada 10 denuncias presentadas en toda España han sido archivadas.

Escucha el reportaje.